Comenzó su carrera política muy joven como secretario, testaferro y lavador del senador Jorge Massat. Massat, fue socio de Reutemann en varias operaciones y juntos lograron, en 3 años, desviar más de 50 millones de pesos/dolares de subsidios para productores azucareros del norte de Santa Fe quienes nunca recibieron un centavo.
Fué tan escandaloso ese blanqueo que en una provincia donde se robaban un puente y no pasaba nada, Massat fue procesado por enriquecimiento ilícito y terminó preso. Su propia sobrina lo denunció.
Martinez alcanzo a zafar de ese proceso y se recicló en cargos menos visibles pero igual de rentables.
«Cachi» Martinez es hijo de Oscar Martinez, un agente de inteligencia de la policía de la dictadura, acusado de crímenes de lesa humanidad.
El «Cachi» uso parte de su fortuna y toda su influencia para lograr que su mujer fuera nombrada sin ningún antecedente como fiscal federal.
Ese cargo le permitió tomar la causa de su suegro y dejarla caer quedando sin castigo.
Esa jugada dejó demasiada expuesta a la jueza y nuevamente las influencias de «Cachi» lograron que vía su amigo Urribary el gobernador de Entre Ríos la sacaran de Santa Fe y la ascendieran como camarista en la ciudad de Paraná.
«Cachi» Martinez fue uno de los organizadores (previo pago) de la privatización de la Dipos , fue también el liquidador de los bienes de la privatización de los ferrocarriles en Santa Fe. La enorme fortuna acumulada se puede apreciar en cada campaña electoral donde la inversión publicitaria supera la de los grandes partidos.
La Fundación Centro de la cual es el titular es la organización a través de la cual canaliza el blanqueo de su fortuna sin pagar impuestos.
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